Hay algo que hace días me ronda por la cabeza y va tomando forma y fuerza en mi pensamiento, y espero ser capaz de compartirlo con vosotros, no ya por alardear o hacer hincapié en lo afortunada que me siento, pues eso creo que es algo que ya todos los que me leéis sabéis, sino sobretodo porque quiero aportar un poco de esperanza a todas esas personas que buscan, que no encuentran, que tropiezan y dejan de creer.
Desde hace algo de tiempo no soy de moverme demasiado por este mundillo bloguero, no participo en demasiados grupos de temática D/s ni me rodeo de personas de este circulo cerrado, sino que me muevo en un ambiente corriente como persona que soy, vivo y siento como cualquier otro, con mis propias particularidades, pero vivo en mi relación y por lo tanto en mi intimidad los estímulos de la sumisión, porque así es como yo me siento y como me siento plena.
No es una moda pasajera, ni es la solución para una supuesta falta de criterio o baja autoestima, así como tampoco es por imposición de mi pareja. Puedo conocer todas esas opciones, y muchas otras, por experiencias ajenas. Sé que existen muchos motivos y formas de llegar a la D/s, y aunque en la mayoría no creo ni estoy de acuerdo, no seré yo la que dicte sentencia sobre el correcto entendimiento de la D/s, pues siempre que sea aceptado por las dos partes, callaita estoy mas guapa…
Pero es cierto que entre todo ese maremágnum de posibilidades existen personitas que desde su fuero interno sienten la necesidad de vivir este tipo de relación de una forma serena, sin alardes, sin extravagancias ni imposturas, y eso parece realmente complicado en este mundo en que lo visible suele tomar demasiada importancia y, el esfuerzo, la implicación y los pequeños detalles suelen brillar por su ausencia.
Las hay, os lo prometo, hay personas que sienten y quieren vivir como nosotros, siempre hay alguien que nos complementa, como dicen los mayores (y yo ya lo soy) siempre hay un roto para un descosido. Quizás tengamos que pasar previamente por otras experiencias, quizás debamos esperar algún tiempo, puede que necesitemos de ese tiempo para llegar a coincidir con esa persona. Independientemente de lo que hagamos, si nos movemos mucho o si casi no lo hacemos, existe y nos desea, igual que nosotros lo podemos desear.
Sé que la búsqueda es complicada, sobretodo porque no conocemos las premisas de esa búsqueda, no sabemos por donde empezar, pero llegará ese momento y mientras…¿porque no aprovechar ese tiempo para nosotros? hay mucho por aprender, mucho para crecer y prepararnos para esa persona, y…¿porque no disfrutar de la búsqueda?
Pensaréis que es muy fácil decirlo desde mi lugar porque yo estoy feliz en mi relación, pero os puedo asegurar (y no es plan de pelearse por quien es mas desgraciado) que también he pasado lo mío, que no he estado exenta de dolor y desengaño, y de todos modos, también os digo que encontrar a esa persona tampoco significa que todo esté hecho.
Como ya se sabe conservar es más complicado que encontrar, el verdadero trabajo empieza en ese momento…¿suerte que os queria animar eh? 😉
Otra cosa que también ocurre mucho, no nos engañemos, es que hay adictos a la novedad y les motiva solo el inicio, o se desestima a la ligera la persona que quizás con tesón y amor podría llegar a ser ese complemento nuestro. ¿creéis que yo valía como sumisa cuando me acogió mi Señor?¿creéis que no hemos tenido ambos que trabajar en la relación? ¿creéis que aún no tenemos infinidad de retos?
Nada es ideal, nada es sencillo pero soy de seguir hasta que ya no me quedan fuerzas para luchar, y mas habiendo calzado los zapatos que llevé hasta Su encuentro no pienso abandonar.
Pienso que debemos olvidarnos de esos sueños fantasiosos, de lo que cuentan los libros, incluso los blogs como puede ser este mío (aunque me tire piedras en mi propio tejado) y quedarnos a solas con nosotros mismos y conocernos, quienes somos, que deseamos, que ofrecemos, hasta donde estamos dispuestos a llegar, y en ese punto ser muy sinceros con nosotros mismos y con los demás para no llevar/nos a engaño.
La ansiedad del proceso de búsqueda es alta, y puede ser insoportable si tenemos prisa, pero el proceso de acople con otra persona y mas si es sumis@ o Dominante puede llegar a ser mucho más estresante, hasta que comprenden ambos cual es su lugar y como son felices dentro de esa relación, y llega una dulce estabilidad (que no inmovilidad) y entonces es cuando empiezas a gozar de verdad. Por suerte, o por lo menos así me ha ocurrido a mi, en cada etapa sientes que esa es la mejor, cuando sientes de este modo cada detalle te hace sentirte especial, y a medida que avanzas sientes que ahora es mejor, así que todo va transcurriendo con naturalidad y, es cuando miras atrás cuando te das cuenta de lo sucedido con anterioridad.
Personalmente después de mi experiencia huyo de esos inicios dulces que solo son miel para atrapar moscar, un anzuelo que una vez clavado se descubre la verdad. Las personas tenemos virtudes pero también muchas particularidades, manías o como la mayoría gusta de llamarles defectos, y cuando ves de inicio el color rosa, por lo menos a mi, me da yuyu, tengo miedo de quitar el precioso papel de colores y encontrarme después el regalo bomba.
La franqueza es la mejor carta de presentación, la humildad el mejor medio de avanzar y perseverancia la única oportunidad de mejorar.
Sea como sea, es posible, sino…miradme a mi….Si yo he encontrado (con mis millares de particularidades (jope….vaaaale…manias) a un Amo que me quiera para Él…¿porque no tu?
Por favor, no abandones, sigue sin obsesiones, sin elevadas pretensiones, sin ilusorias creencias, solo deja que el tiempo te lleve a sus brazos….Otro refrán de yaya…lo que vale cuesta…
Y para acabar el rollazo una frase que me gusta mucho…
«Es necesario asemejarse un poco para comprenderse; pero hay que ser un poco diferentes para amarse»
Paul Géraldy, poeta y dramaturgo