Cuando ya es tarde…

La necesidad de retroceder cuando es tarde, de fustigarte porque deberías haberte adelantado, deberías haberte corregido justo en ese instante en que te diste cuenta, pero en ese instante es ya tarde, parece que haya sido una milésima de segundo pero es un abismo porque es ya demasiado tarde, porque Él, muchísimo más atento ya lo ha visto y se siente dolido porque debe volver a corregir.

Y luego, viene toda esa sensación de agobio, ese malestar personal por haber fallado, ese arrepentimiento y la necesidad de pedir perdón y de ser perdonada, y la consiguiente tortura durante esa eternidad, independientemente de que sean minutos, horas o días.

Estoy segura que ese malestar no es sólo de la parte sumisa, sino que Él, evidentemente en su lugar, también siente esa desazón y también tiene sus propias luchas para educar convenientemente, pero yo, hablaré de mi sensación, pues es la que vivo, es la que siento.

Hay muchos tipos de relación D/s, incluso las hay que buscan recrear estas sensaciones porque es lo que les motiva, pero para mi, si algo tiene que me desagrada es precisamente este instante, el momento en que sabes y sientes que has errado.

Podéis pensar que el castigo es el peor momento, y con certeza digo que no es para nada agradable tampoco, pero en él sabes que se encuentra tu perdón, que en él se haya el camino para corregirte y aprender y aunque sea duro, durísimo, cuando concluya te unirás a Él ungida en Su perdón y en sus ganas de continuar.

Pero, que me decís de ese momento en que ni tu misma te perdonas? como gestionar esas sensaciones por haber tirado por la borda un momento que pudo ser precioso como muchísimos otros? como soportar la desazón de saber que has dañado a quien más amas y has ido en contra de Su enseñanza y, a la vez, de tu anhelo?

Pedir perdón?, sí evidentemente, pero lo primero que viene a mi es la sensación de saber que no le servirá, que el “no lo volveré a hacer” queda fuera de mi alcance, que no sirve otra cosa que demostrarlo y sentir la impotencia de no haberlo hecho.

Muchas veces me han dicho que me lo tomo demasiado en serio, que me lo tome como un juego y todo será más fácil para mi, pero yo me pregunto…¿como me voy a tomar algo que lo siento en serio como un juego?¿como voy a despreciar la seriedad de una relación en que la otra parte lo pone todo de si mismo para mi educación de esclava? ¿acaso lo que recibo es de broma?

Debo pasarlo mal, ahora, en este momento, porque es lo que me he buscado, y no es autoflagelacion gratuita ni busco compasión, sino compartir una pura reflexión del instante, el sentimiento que debo saborear aunque sea amargo, una vez, y otra, tantas como me haga falta para que ese instante inicial que me pareció una milésima de segundo se convierta con mi atención en una inmensidad donde reconducirme antes de llegar al ahora.

No digo que todos hayáis sentido este momento, y se que pocos están dispuestos a sufrirlo, pero hoy, en este momento realmente doloroso quiero exponerlo para que, todos cuantos envidiáis mi relación, todos cuantos alabáis y anheláis algo similar a lo que yo vivo, seáis conscientes de que, esta preciosa rosa que admiráis, tiene espinas, espinas que hieren a ambos, y esas espinas deben doler porque existen para ello, para aprender donde están, para proteger a esa preciosa y dulce rosa.

No quiero desanimar a nadie, pero si compartir mi sentir…pues este instante también existe…

Duele y debe hacerlo…

Deja un comentario